Esquilino
5. San Martino ai Monti
Los Cristianos han acudido a rezar aqui desde el siglo III d.C., cuando se reunían en la casa de un hombre llamado Equitus. En el siglo IV, después de que Constantino la libertad de culto al cristianismo, el papa Silvestre I construyó una iglesia, uno de los pocos proyectos que hizo bajo su mandato. De hecho, fue un pontífice tan anodino, que el siglo V se le invento una vida llena de aventuras, con relatos en los que convertía a Constantino, curándole de la lepra y obligandole a cerrar todos lo templos paganos. Su vida ficticia fue posteriormente adornada en el siglo XVIII, mediante la falsificación de un documento en el que Constantino le ofrecía la corona imperial.
La iglesia de este Papa se reemplazó en el 500 d.C. por la de San Simaco, reconstruida en el siglo IX, y transformada por completo en la década de 1630. Del edificio primitivo, sólo se conservan las antiguas columnas corintias que separan la nave central de las laterales. En el interior, los elementos más notables son una serie de frescos de paisaje de la Campagna realizados en el siglo XVII por Gaspare Dughet, en la nave de la derecha.
Los frescos de Filippo Gagliardi, en la nave de la izquierda, muestran el interior del antiguo San Pedro y la iglesia de San Juan de Letrán, antes de que Borromini la remodelará.
7. San Vito e Modesto
Se encuentra en las proximidades del " Arco de Galieno, y se encuentra en la zona una vez ocupado por Macello Livia , que más tarde se convirtió en un lugar del martirio de muchos cristianos.
La iglesia se menciona por primera vez, con el título de diaconado en la biografía del Papa León III entre el siglo VIII y IX. En siglos posteriores cayó en ruina por lo que fue completamente reconstruida por Sixto IV en 1477. Posteriormente se sometió a una restauración adicional en el XVII y el siglo XIX.
La expansión del rione de más allá de las Murallas Serviana, provocó un cambio en la orientación de la iglesia, y la apertura de una nueva fachada en la Via Carlo Alberto. Estos cambios, realizados a principios del siglo XX, fueron eliminados en el curso de las restauraciones posteriores llevadas a cabo en los años setenta, los cuales trajeron la estructura de la iglesia primitiva, con la entrada principal en Via San Vito.
La iglesia está dedicada a Vito, mártir cristiano muy venerado en la Edad Media, al que se le atribuye poderes curativos.
6. Arco de Galieno
El Arco de Galieno también denominado Porta Esquilina sufrió una intensa reconstrucción en tiempo de Augusto, momento en el que se realizó una inscripción que en el siglo III, concretamente en tiempos del emperador Galieno fue borrada, realizándose una nueva inscripción que decía:
GALLIENO CLEMENTISSIMO PRINCIPI, CUIUS VIRTUS SOLA PIETATE SUPERATA EST, ET SALONINAE SANCTISSIMAE AUGUSTAE
AURELIUS VICTOR V..E.., DICATISSIMUS NUMINI MAIESTATISQUE EORUM
es decir A Galieno, príncipe clementísimo, cuyo invicto valor solo es superado por su piedad, y a Salonina, Santísima Augusta | Aurelio Victor, varón egregio, totalmente consagrado a la voluntad de sus majestades. Falta una parte de la inscripción que posiblemente pudo hacer referencia al emperador Valeriano
Los restos que hoy se conservan de dicho arco, que debió de tener otros dos arcos más pequeños a los laterales, pero que fueron destruidos en el siglo XV, muestran una altura de casi 9 metros, estando realizado con bloques de travertino
8. Piazza Vittorio Emanuele
La Piazza Vittorio, tal como se la conoce, fue sede de uno de los principales mercados al aire libre de Roma, aunque ahora ha sido trasladado a la vueta de la esquina, a un nuevo loca cubierto.
Fue construida en el curso del gran desarrollo urbanístico que tuvo lugar tras la unificación de Italia en 1870. Se le dio el nombre del primer rey de la Italia unificada, pero no muestra una imagen regia en su apariencia actual.
En el centro de la plaza, hay un jardín que ha sido restaurado recientemente, y que contiene una serie de misteriosas ruinas, entre ellas un gran túmulo, los restos de una fuente romana del siglo III a. C., y la Porta Magica, que data del siglo XVII, y tiene inscritas unas curiosas fórmulasy unos signos alquímicos difíciles de descifrar.