Celio
1. Santi Giovanni e Paolo
Su edificación se comenzó en 398. Primeramente se utilizó por una comunidad cristiana y más tarde se convirtió en el lugar de entierro de los mártires Juan y Pablo: la tradición dice que fue el hogar de los dos hermanos santos, que fueron martirizados en el interior en 362, durante el reinado del emperador Juliano, pero es más probable perteneciera a la familia del fundador, Pamaquio (se menciona por primera vez en las actas de un sínodo celebrado por el Papa Símaco en 499 el nombre de Titulus Pamaquio, o Byzantio Titulus).
La iglesia original fue dañada por los visigodos de Alarico I durante el saqueo de Roma (410), luego por el terremoto de 442 y finalmente fue saqueada por los normandos en 1084: el Papa Pascual II promovió la restauración, y añadió la torre y porche, para sustituir el nártex original, el edificio estuvo continuamente en construcción durante los siglos siguientes (grandes intervenciones promovidas en 1715 por el cardenal Fabrizio Paolucci). El aspecto actual lo confirió en 1951, cuando el cardenal Francis Joseph Spellman restauró de la fachada.
3. Arco de Dolabella
Este arco fue erigido en el año 10. d.C. por Cornelio Dolabella y Cayo Junio Silano, donde antes había una de las puertas de la muralla Aureliana.
Fue después empleado como soporte de la extensión que hizo Nerón del acueducto de Claudio, y construido para proveer de agua al Palacio Imperial en la colina del Palatino.
2. San Gregorio Magno
La Iglesia de San Grgorio al Celio, construida en el siglo XII, está dedicada al Papa Gregorio Magno. La Iglesia está también dedicada al San Andrés Apóstol y su nombre completo es S. Andrea e Gregorio Magno al Celio. Papa Gregorio Magno vivió como abad en un pequeño monasterio en las cercanías de la iglesia.
4. Santa Maria in Domenica
Se encuentra frente a la Piazza della Navicella, que toma su nombre de una fuente que había en ella en el siglo XVI. Estaba hecha de piedra procedente de una antigua construcción, probablemente de un templo edificado por los navegantes romanos en ofrenda por haber regresado sanos y salvos a la ciudad.
La iglesia data del siglo VII, el pórtico y el artesonado fueron añadidos en el siglo XI por León X. En el ábside, detrás del altar hay un soberbio mosaico del siglo IX encargado por el Papa Pascual I, en el que aparece él mismo a los pies de la Virgen y el Niño. La Virgen, rodeada por un grupo de ángeles, sostiene en su mano un pañuelo a las manos de las damas de la Corte de Bizancio.