2. Pirámide de Cayo Cestio
La Pirámide Cestia (o Pirámide de Cayo Cestio) es una pirámide de estilo egipcio que se encuentra en Roma, junto a la Porta San Paolo y al cementerio protestante de la ciudad.
Se construyó en torno al año 12 a. C. como sepulcro para Cayo Cestio Epulón, magistrado. Su base, cuadrada, tiene alrededor de 30 metros de lado, y alcanza una altura de 36,40 metros. Está recubierta de mármol, aunque su construcción interna está realizada en ladrillo. En los lados oriental y occidental se encuentran sendas inscripciones en latín donde se registra tanto el nombre de Cestio, como las circunstancias de la construcción, que según esto duró 330 días.
En la época de los Césares, comienzan a construirse en Roma tumbas gigantescas, algunas de ellas, como la de Cayo Cestio, inspirada en modelos del Egipto de los Ptolomeos. En tiempos pasados se pensó que la pirámide era la tumba de Remo. En el siglo III, la pirámide se incluyó en la muralla Aureliana.
La pirámide fue construida alrededor del 18 AC–12 AC como una tumba para Caius Cestia, un magistrado y miembro de una de las cuatro grandes Colegios en Roma, el Septemviri Epulonum. Es de ladrillo y concreto cubierto con losas de mármol blanco travertino, que mide 100 pies romanos (29,6 m) de lado en la base y 125 pies romanos (37 m) de altura.
En el interior se encuentra la cámara funeraria, un simple bóveda de cañón de cavidad rectangular que mide 5,95 metros de largo, 4,10 m de ancho y 4,80 m de alto. Cuando fue redescubierta en 1660, la cámara fue encontrada decorada con frescos, que fueron grabadas por Pietro Santi Bartoli, pero sólo los rastros de estos frescos permanecen ahora. No había rastro de cualquier otro contenido en la tumba, que había sido saqueada en la antigüedad. La tumba había sido sellada cuando fue construida, sin entrada exterior; no es posible para los visitantes acceder al interior, excepto con un permiso especial que por lo general sólo se concede a los estudiosos.