7. Santi Nereo e Achilleo
Cuenta la leyenda que San Pedro, cuando huía de Roma, perdió aquí la venda que cubría su pierna, por lo que se convirtió en un lugar sagrado en el que se estableció una iglesia. Posteriormente, San Pedro se encontró con Cristo. La iglesia, reconstruida en varias ocasiones, fue consagrada a Nereo y Aquileo cuando el cardenal Baronio hizo traer aquí las reliquias de ambos santos. Cuenta con un hermoso mosaico de estilo bizantino.
Restaurada a finales del siglo XVI, la iglesia conserva muchos elementos medievales, incluyendo algunos mosaicos del siglo IX en el arco del triunfo. Un magnífico púlpito se apoya en un enorme pedestal de pórfido encontrado en las cercanías de las Termas de Caracalla. Las paredes de las naves laterales están decoradas con unos frescos sobrecogedores de Niccolò Pomarancio, que narran los martirios de cada santo con todo detalle.