6. Via Appia
La via Appia fue la primera y la más importante carretera construida en Roma. Fue realizada a finales del siglo IV a.C. para conectar la ciudad con Capua.
Su nombre deriva del cónsul Appio Claudio que la hizo construir; como en las otras consulares y en general por las afueras de las murallas de Roma, ya que las sepulturas estaban prohibidas en el interior de la ciudad, la vía está repleta de monumentos funerarios.
Visitar el parque dell'Appia antica puede considerarse un itinerario marco también para tantos romanos que, especialmente el domingo, tienen necesidad de un poco de naturaleza aderezada por la fascinación de la antigua "regina viarum"; ¿por qué el domingo? Porque el trecho habitado está abierto al tráfico durante los días laborables mientras que el domingo se puede pasear con toda tranquilidad (de las 9 a las 16 en el periodo invernal y de las 9 a las 18 en el periodo primavera-verano).
El parque puede ser visitado con el archeobus, a pie o en bicicleta; a tal efecto existe un servicio de alquiler de bicicletas.
El itinerario puede comenzar en el Sepulcro de los Scipioni, poco antes de la Porta San Sebastiano: el sepulcro perteneció a la familia del patricio Escipión el Africano.
Hallado en un banco natural a modo de capilla, fue construido en los primeros decenios del siglo III a.C. por Lucio Cornelio Escipión Barbado, cónsul en el 298 a.C., cuyo sarcófago en peperino (se trata de una copia, ya que el original está conservado en los Museos Vaticanos) se encuentra en posición dominante frente a la entrada.
El sepulcro tiene una planta cuadrangular, con cuatro galerías a lo largo de los lados y dos galerías que se cruzan en el centro; a lo largo de las paredes internas se encontraban los 32 sarcófagos. La fachada monumental fue ordenada por Escipión Emiliano en el siglo II a.C. constituida por un alto podio sobre el cual se abrían tres entradas simétricas y que tenía tres nichos que debían alojar estatuas en representación del poeta Ennio, de Escipión el Africano y de Escipión el Asiático.
Il Colombario di Vigna Codini (Via Appia Antica 13) era, en cambio, un edificio para sepulturas comunitarias que se remonta a la primera edad imperial: en las tres salas fueron colocadas más de 1000 urnas con las cenizas de los difuntos, junto con algún que otro sarcófago.
El denominado arco di Druso, situado inmediatamente antes de la puerta de S. Sebastiano, es en realidad una de las arcadas del acueducto Antoniniano, que fue ordenado construir por Caracalla para abastecer sus Termas.
En el curso de la restauración realizada por deseo de Honorio el arco fue englobado con Porta S. Sebastiano en una especie de castillo defensivo.
Se añade, así pues, a Porta Appia, conocida en la edad Media como Porta San Sebastiano: el aspecto actual se remonta a la época de la guerra greco-gótica (mediados del siglo VI d. C).
En el interior del edificio se encuentra hoy el Museo delle Mura (Via di Porta San Sebastiano 8, tel. 06 70475284) que contiene maquetas de las fortificaciones y de las murallas de Roma, desde el cual se accede a las gradas de las Murallas Aurelianas (por el momento cerradas por obras).
Aprox. 100 metros más adelante encontramos a mano derecha la copia (el original se encuentra hoy en Piazza del Campidoglio) del primer mojón millar de la Via Appia: señalizaba la distancia de una milla romana (1478 m) desde Porta Capena.
Siempre sobre la Via surge la Chiesa del Quo Vadis, lugar en dónde, según la tradición, San Pedro, que huía perseguido por Nerón, tuvo la visión de Jesús que lo invitaba a regresar a Roma.
A la altura del cruce entre Via Appia y Via Ardeatina, se encuentra el acceso a las Catacumbas de S. Callisto. Las Catacumbas de S. Sebastiano (Via Appia Antica 136) se encuentran un poco más allá, bajo la Basílica de S. Sebastiano: la basílica actual ocupa solo la parte central del gran edificio circular, hecho construir para el culto cristiano del emperador Constantino (siglo IV); la sacristía moderna y la taquilla están en el ambulacro antiguo, como el antiquarium montado en el ábside externo de la basílica (visita bajo permiso previo).
Siguiendo a lo largo de la calle, a mano izquierda, se llega a la pronave del Mausoleo di Romolo (Via Appia Antica 153, tel. 06 7801324); el gran edificio, dedicado a Rómulo, hijo del emperador Majencio, se encuentra en el centro de una gran explanada rodeada por un cuatro pórticos, del cual se ven los muros en el fondo y algunas pilastras.
Construido con ladrillos y tufo el circo formó parte de uno de los complejos monumentales más importantes de la ciudad ya que ha llegado a nosotros en las mejores condiciones. El edificio hace 513 metros de largo y 90 de ancho y podía acoger hasta diez mil personas.
El área central estaba decorada con estatuas y con el obelisco de Domiziano, situado hoy en Piazza Navona. Una galería unía el Palacio imperial con el palco imperial, situado sobre el lado izquierdo de la gradería.
Se trata de la tumba de la hija de Quinto Cecilio Metello Cretico y mujer del hijo de Crasso, triunviro con Pompeyo y César entre el 60 y el 53 a.C.
La actual cretería, con la que termina la tumba, se remonta al 1302 cuando los Caetani hicieron del mausoleo el "mastio" (bastión) de su castillo medieval adyacente, otro nombre conocido de hecho es: castello Caetani. El complejo ha sido restaurado íntegramente y su interior ha sido destinado a museo (refiere la historia de la carretera en el curso de los siglos).
De aquí adelante se suceden numerosos restos: la tumba de Marco Servilio, una construcción denominada Tumba de Séneca, un mausoleo redondo, la tumba de los hijos de Sesto Pompeo Giusto con el gran epígrafe en verso.
En el lado derecho se conservan otras tantas famosas tumbas: el sepulcro de Sant'Urbano, la tumba de los Licini, la Tumba Dorica, la de Ilario Fusco, de Tiberio Claudio Secondino y de Quinto Apuleio.
Otros sepulcros pueden ser admirados superando el cruce con Via Erode Attico: el Túmulo de los Curiazi, datable entre finales de la República y principios del Imperio, más adelante los Túmulos de los Orazi; ésta zona está vinculada al recuerdo del legendario combate entre los Orazi y los Curiazi, que se enfrentaron en ésta zona en los tiempos del rey Tullio Ostilio.
Proseguimos hacia el número 1092 donde se puede visitar el Ninfeo della Villa dei Quintili. Presenta un grande hemiciclo con nichos en el fondo, la parte de la gran domus pertenecida a la familia de los Quintili.
Tras los restos de unas instalaciones termales pertenecientes a una villa, se divisa el mayor mausoleo de la Via Appia denominado Casal Rotondo. El edificio de edad augusta está formado por un cuerpo cilíndrico, originariamente revestido de travertino, colocado sobre un basamento cuadrangular.
Superado el cruce con via di Casal Rotondo se perciben, a mano izquierda, los restos del acueducto que abastecía de agua la villa de los Quintili. Un poco más adelante se encontraba la columnita que señalizaba el séptimo kilómetro de la calle, que desde el año 1848 se encuentra en el Capitolio junto al Aracoeli.
El recorrido prosigue aproximadamente un kilómetro más con otros tantos restos hasta dónde comienza la Via Appia Nuova.