8. Palazzo Braschi
El palacio Braschi se halla situado en el centro de la Roma renacentista, entre la plaza Navona y el corso Vittorio Emanuele II.
El edificio fue encargado al arquitecto Cosimo Morelli (1732-1812) para destinarlo a la residencia de Luigi Braschi Onesti, sobrino de Pío VI (Cesena 1717-Valence, 1799), elegido papa en 1775. Fue construido con las riquezas que el pontífice desviaba a las arcas de su sobrino a través de la atribución irracional de múltiples privilegios. Palacio Braschi es, pues, un testimonio significativo del nepotismo pontificio, renovado por última vez por Pío VI antes de las radicales transformación políticas y culturales llegadas con la Revolución francesa.
El edificio se construyó en el área donde en el siglo XV se erguía el palacio de Francesco Orsini, prefecto de Roma, en el que residió en el siglo XVI el cardenal Oliviero Carafa y, más tarde, el cardenal Antonio Ciocchi del Monte, quien ordenó a Antonio da Sangallo el joven la construcción de una torre en la esquina situada entre plaza Navona y via della Cuccagna. A finales del siglo XVII el edificio volvió a manos de los Orsini, que lo enriquecieron con numerosas obras de arte. Luego pasó a los príncipes Caracciolo di Santobono que, en 1790, lo vendieron a la familia Braschi Onesti.
En 1791 se concluyó la demolición del palacio Orsini y al año siguiente se inició la construcción del proyecto de Cosimo Morelli. Con la ocupación francesa de 1798 (que costó la muerte en el exilio a Pío VI) las obras se interrumpieron y se retomaron en 1802. En1804 estaba finalizada la escalinata monumental y quizá la capilla del primer piso atribuida a Giuseppe Valadier (1762-1839).
Los problemas económicos del duque Luigi Braschi Onesti le impidieron completar el palacio y a su muerte (1816) quedó parcialmente incompleto.
Sus herederos lo vendieron en 1871 al Estado Italiano y el edificio fue ocupado por el Ministerio del Interior y, después, por distintas instituciones fascistas. Tras la guerra y hasta 1848 se alojaron 300 familias de desplazados. Este episodio se saldó con destrucciones varias, pillaje y graves daños a los frescos y al pavimento debido a las hogueras que se encendían en el suelo.
Desde 1952 es la sede del Museo di Roma, aunque sólo desde 1990 la propiedad del edificio pasó del Estado al Ayuntamiento de Roma.
Fue cerrado en 1987 por no ajustarse a las normas de seguridad, pero tras complejas obras de reestructuración y restauración, el museo pudo abrir definitivamente en 2005.