25. Sant'Andrea delle Fratte
La iglesia de Sant' Andrea delle Fratte (San Andrés de las malezas) toma el nombre del antiguo emplazamiento que hasta el 1880 aproximadamente era bastante rural, tanto como para ser denominada Sant'Andrea in Hortis.
La construcción de la actual iglesia empezó alrededor del 1604 siguiendo el proyecto de Gaspare Guerra, los trabajos sufrieron diversos paros e incluso Borromini fue encargado para la realización, que desde el 1653 hasta el año de su muerte en 1667 siguió los trabajos y cambió el proyecto realizando una de sus ingeniosas arquitecturas echando mano a toda la parte alta de la iglesia: el ábside, el campanile y el tambor de la cúpula que vistos desde lo alto forman la clásica cruz de Sant' Andrea. Esta misma arquitectura no fue nunca completada porque el conjunto fue concebido con revestimiento de mármol y en cambio, por otro lado resultando fascinante, ha permanecido todo en ladrillos.
La primera vez que la iglesia aparece en la documentación eclesiástica se remonta al siglo XII; la finalización de los trabajos en cambio es atribuida a Mattia De Rossi.
A Sant' Andrea delle Fratte se le atribuye la milagrosa aparición de la Virgen que convirtió al cristianismo al judío A. Ratibonne; de hecho la iglesia es también denominada "Virgen del Milagro".
Interior
La gran nave aparece rápidamente muy larga quizás a causa de las capillas laterales empotradas, muy venerada y constelada de exvoto es la capilla de la Virgen del Milagro, más allá de las capillas vemos a la derecha el pasaje por el amplio claustro del siglo XVII y a la izquierda la entrada lateral, más adelante los transeptos, el izquierdo alberga la bella escultura "éxtasis de Santa Anna" obra de G. B. Maini (foto ampliable a la izquierda).
Los dos altares del transepto son obra de Luigi Vanvitelli (izquierda) y Filippo Barigioni (derecha). En el presbiterio telas de varios artistas, entre los que destaca el Martirio de Sant'Andrea de Francesco Trevisani.
Entre los transeptos y el presbiterio es posible admirar la copia de los Ángeles esculpidos de la propia mano de Bernini para decorar Ponte Sant'Angelo pero considerados demasiado bellos para ser expuestos a la intemperie y donados a la iglesia de S. Andrea delle Fratte por los herederos de Bernini.