4. Palazzo Doria Pamphlij
El Palazzo Doria-Pamphili es una de las pocas mansiones que aún continúa siendo habitada por particulares y no ocupada por organismos públicos o embajadas como el resto de ellas. Residencia de una noble familia que lleva el mismo nombre, alberga una valiosa colección de obras y objetos y puede ser visitada por los turistas en los mismos horarios que cualquier otro museo de la ciudad de Roma. Ubicado a poca distancia de Plaza Navona y de la Vía del Corso, este palacio ocupa toda una manzana y se encuentra gestionado por una fundación familiar.
Es especialmente destacable la llamada Galería de los Espejos, que sirvió de inspiración a muchos otros palacios, que desemboca en el patio central de forma cuadrada, al igual que otras tres galerías y una importante colección de pinturas, en tanto que en otra sala que antiguamente era utilizada como salón de baile, se exhiben instrumentos musicales. Otra de sus salas está destinada a exhibir un trono y una especial permite apreciar varias esculturas de la época imperial romana.
Una de las obras más destacadas de la galería es el Retrato del Papa Inocencio X, obra de Velázquez, en el cuál se muestra al papa como realmente era, un hombre de aspecto inquietante y desconfiado. Esto es algo que creó una gran controversia en el momento de su creación, ya que los demás artistas se afanaban en idealizar los rasgos del pontífice para dulcificar su siniestro semblante. Obras destacables son por ejemplo, importantes obras de Caravaggio, como La Magdalena Llorosa y la Sagrada Familia con ángel músico, de Rafael, como Retrato doble de Andrea Navaggero y Agostino Beazzano, entre otras.
A pesar del realismo del retrato, la familia Pamphilj lo mantiene en un lugar especial y desde el siglo XIX posee su propia estancia.
Además de la completa pinacoteca, en el palacio también se puede visitar una pequeña capilla y algunas estancias privadas que conservan su decoración original y parte del mobiliario.
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