7. Monumento a Garibaldi
Aunque no forme parte de las famosas 7 colinas de Roma, la colina de Gianicolo es una de las más queridas por los romanos y los turistas. Se aprecia esta “octava colina de Roma” por su paraje natural y encantador cargado de la historia milenaria de Roma y, sobre todo, por la vista inexpugnable que ofrece de la capital. Además, es un parque romántico, ideal para los románticos.
A inicios del Risorgimento (que concluiría con la Unificación italiana) el Gianicolo fue teatro de uno de los momentos más épicos de tal período de la Italia moderna: En 1849 se declaró la República Romana uno de cuyos líderes fue Giuseppe Garibaldi.
La mencionada república tuvo breve duración ya que fue aplastada por las tropas francesas, siendo precisamente el Gianicolo el último baluarte de los resistentes italianos (también entre los republicanos se encontraba defendiendo la posición la célebre esposa de Garibaldi: Ana Maria de Jesus Ribeiro).
Por este motivo en la actualidad el Gianicolo se encuentra adornado con una miríada de bustos que recuerdan a importantes personajes italianos del Risorgimento y dos estatuas ecuestres dedicadas a Anita y Giuseppe Garibaldi.
La estatua ecuestre realizada en bronce que representa a Garibaldi, forma parte del parque conmemorativo que recuerda los sucesos que tuvieron lugar en el Gianicolo durante el asalto del ejército francés a Roma en 1849.